Desde mi criterio, el primer paso, es entender cuando sentimos que debemos sacar alguna máscara y comprendemos los motivos que hay detrás.
Cuando éramos niños, gozábamos al disfrazarnos y usar máscaras de superhéroes y personajes que admirábamos como policías, bomberos, astronautas o las que nos producen miedo, como monstruos, zombis y fantasmas.
La situación que hoy revisaremos, es cuando crecemos y nos ocultamos detrás de una máscara, para evitar mostrar la identidad de quienes realmente somos. Algunas veces, con la intención de escondernos (Porque no queremos dejar ver nuestra realidad); otras para protegernos (Porque si mostramos debilidad, pasarán por encima de nosotros) o para defendernos (Porque si decimos lo que realmente pensamos, vamos a sufrir o sufrirán los demás).
A propósito, te recomiendo que vayas a ver el video en mi canal de YouTube:
Veamos algunas situaciones que nos permiten definir si estamos usando máscaras:
- Cuando decimos algo, pero realmente no estamos convencidos de ello o estamos en desacuerdo, pero no lo expresamos, o simplemente actuamos para agradar, no herir a alguien, evitar discusiones o ser excluidos, incluso para mantener una posición o un empleo.
- Cuando mostramos una imagen fuerte de que todo está perfecto en nuestra vida, y por dentro, estamos derrumbados, ocultando los verdaderos sentimientos.
- Cuando queremos impresionar a los demás con cosas materiales o logros personales que mostramos para mantener un status.
- Cuando escondemos nuestras creencias para protegernos ante un ambiente que vemos como hostil.
- Cuando publicamos artículos en redes sociales que no reflejan nuestra verdadera realidad y que lo hacemos solo para buscar aprobación, tener más seguidores o incluso para generar mayor engagement.
¿Te sientes identificado con alguna de esas situaciones?.
Quiero invitarte a que reflexionemos sobre lo siguiente:
Detrás de cada máscara, puede existir un miedo al rechazo, al fracaso, al compromiso obligado, a comunicar lo que pensamos, a relacionarnos con otros a quienes queremos impresionar o a cuidar las expectativas que los demás tienen acerca de nosotros, pues, a toda costa, el objetivo es encajar y cumplir con lo que creemos que los demás esperan de nosotros.
La mala noticia es que la máscara tarde o temprano se caerá y vamos a quedar expuestos a mostrar nuestra real esencia e identidad de quienes somos en realidad. Todo el tiempo que utilizamos para aparentar, lo hemos perdido, eliminando así el haber podido construir verdaderas relaciones sinceras con los demás.
Preguntémonos: ¿Por qué creemos que tenemos que ponernos máscaras ante los demás, y nos cuesta mostrar los maravillosos seres que somos, con todas nuestras luces y sombras? Conectémonos con quienes somos en realidad. Pensemos que si terminamos haciendo lo que los demás quieren de nosotros para agradarles, estamos poniendo en riesgo muchas cosas, inclusive, el ser felices.
Todos, cuando nacemos, venimos con talentos, dones y capacidades que nos definen y que necesitamos reconocer en nosotros mismos y mostrárselos a los demás.
Vivir con coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos, es la clave: Somos libres de elegir los pensamientos, acciones y decisiones que tomemos. Cada vez que exista algo en desequilibrio que nos lleve a utilizar una máscara, paremos, aclaremos la circunstancia y resolvámosla. O si ya sucedió, seamos conscientes de lo que pasó y pensemos en lo que pudo haber influido para usar la máscara. Esto nos evitará mucho desgaste y pérdida de energía en la vida.
Si no nos reconocemos y nos negamos la posibilidad de mostrarnos ante los demás tal como somos, nos perderemos de vivir nuestras vidas con autenticidad y ser felices. Esto no quiere decir que vamos a obrar sin pensar y sin mirar las consecuencias o el daño que podamos causar a otros. Si todas nuestras acciones las realizamos con amor y verdad con nosotros mismos y hacia los demás, ¿Qué puede salir mal?. Confiemos en que somos suficientes y completos, con nuestras cosas buenas y no tan buenas.
No existe sensación más liviana, plena y placentera que aquella cuando estamos con personas con quienes podemos ser nosotros mismos, y mostrar nuestra identidad sin filtro alguno. Todos conocemos esa sensación y también las personas con quienes nos pasa.
Ahora bien, la pregunta que tengo, es: ¿Por qué no podemos sostener nuestra única y apreciada identidad cuando nos relacionamos con las demás personas? ¿Qué nos frena para ser nosotros mismos?. Desde mi criterio, el primer paso que debemos dar es el de entender por qué debemos ponernos una máscara y comprender los motivos que hay detrás de ella.
Nacemos con libertad plena de pensar, decir y ser!!!! Cuando usamos máscaras, por la razón que sea, dejamos de ser los seres auténticos que somos: grandiosos y únicos.
“Cuando llevas una máscara tanto tiempo, te olvidas de quién eres debajo de ella” Alan Moore.